El domingo 15 de mayo nos despertamos con una de esas noticias que nunca quieres oír. Pedro San Martín, bajista y compositor de La Buena Vida fallecía en una accidente de tráfico. Esta entrada de blog es mi sincero homenaje a Pedro y en general a toda la banda, porque es uno de esos grupos que parece que han estado ahí desde siempre y me han marcado mucho para bien. No voy a hacer un repaso exhaustivo de su discografía como hice con the Lucksmiths o the Divine Comedy, simplemente voy a hacer un repaso de recuerdos que tengo relacionados con La Buena Vida, que creo que es la mejor forma de recordar sus canciones.
La Buena Vida es uno de esos grupos que conocí en plena adolescencia, y creo que eso ayuda a que las canciones te lleguen mucho más adentro y te identifiques de una forma u otra con lo que escuches. Si no me falla la memoria, conocí al grupo con el disco que popularmente se conoce como “Los mejores momentos”, aunque no tenga título oficial. No sé porqué, pero mis recuerdos de los primeros discos de LBV son de días de verano, ya sea de verano en la ciudad, con las persianas bajadas casi del todo a mediodía, sin aire acondicionado, tratando de evitar que los rayos del sol convirtieran la salita en una caldera. A pesar de eso, yo escuchaba “Cinco días de invierno” pensando que era una pena que nunca nevara en mi ciudad, para que la pareja que se encuentra, discute y luego se reconcilia estuvieran por ahí cerca.