Como
tanta gente estos días, me animo a publicar mi lista de discos favoritos del
2013. Digo favoritos porque son los que más me han gustado a mí este año, pero
no digo que sean los mejores. Me parece imposible decir qué disco ha sido el
mejor del año porque para eso tendría que haber escuchado todos los discos que
han salido los últimos doce meses y, obviamente, no lo he hecho, ni lo ha hecho
nadie. Que sea la crítica especializada quien se encargue de hablar de lo mejor
del año, yo no estoy para eso. Estoy seguro que se me han escapado muchas cosas,
pero lo asumo. Es algo que me pasa siempre (y supongo que le pasa a más gente),
todos los años cuando leo las listas de los mejor del año, veo que hay muchos
discos que no he escuchado y me los apunto para escucharlos cuando pueda. Así
me pasa que, meses después de acabar el año, llego a la conclusión de que si
hubiera escuchado esos discos antes, habrían entrado seguramente en mi lista de
lo mejor del año. Pero bueno, eso no importa, al final esta lista refleja los
discos, publicados en el 2013, que han sido más importantes para mí, los que
más me han emocionado, los que más he escuchado, los que tengo asociados a más
recuerdos durante este año, y por eso, esta lista es un fiel reflejo de mis
gustos. Y de eso se trata. Los que se hayan quedado fuera ya serán valorados en
su momento, y otros quizá es que simplemente no me apasionaron, todo puede ser.
Pues nada, aquí va la lista, del 15 al 1.
15. Alpaca Sports // Alpaca Sports
Vale,
meter este disco en la lista es hacer trampa, primero porque no es el disco de
debut de Alpaca Sports, sino un recopilatorio de singles que sacaron, y además
algunas de las canciones son del 2012, pero Alpaca Sports han sido para mí uno
de los grupos que más he escuchado este año, así que no quería dejarlos fuera
de la lista, y como esta es mi lista y yo decido los criterios para entrar en
ella, Alpaca Sports está dentro (aunque por eso lo pongo en el último puesto de
la lista). Estos suecos se han convertido en uno de los grupos de moda del
indiepop. Sí, no es que muevan enormes masas de gente, no llegan al mainstream
ni mucho menos, pero han conseguido tocar, con éxito y en el mismo año, en los
Popfests de Madrid, Nueva York, Berlín y también en el Indietracks, además de
hacer gira por Japón, y eso es porque algo tienen que enganchan a la gente. Este
CD incluye 7 canciones que había ido desgranando el grupo poco a poco, en
singles en vinilo de 7”, todos ellos (y este CD también) fácilmente
reconocibles por las coloridas portadas de la artista japonesa Ray Kimura. Las
canciones de Alpaca Sports son pequeñas joyas de indiepop, con bonitos arreglos
de cuerdas y coros, increíblemente pegadizas, con letras sobre amor, o más bien
desamor que, a pesar que vengan de Suecia, te remiten a cálidos días de verano.
Mientras espero impaciente la publicación de su disco de debut (en el que
supongo que meterán varias de estas canciones, algo que a mí no me acaba de
gustar) escuchar estas canciones es una de esas cosas que te alegran el día,
después de escucharlas, es imposible dejar de tararear “Just for fun”, “I was running”
o “Indian summer”.
14. This is Icona Pop // Icona Pop
¿Uno
de los hypes del año? Pues sí. Pero, ¿merece la pena? Sin duda. ¿Son sólo un
one hit wonder? No, todo el disco está lleno de hits. Es cierto que “I love it”
ha sonado por todos lados, las ha hecho mundialmente conocidas y parece ser que
vale tanto como para cerrar una horrible gala de los premios europeos de la
(anteriormente cadena musical) MTV como para sonar en la última pinchada del
domingo del Indietracks y que todos los amantes del indiepop se dejen llevar
bailando como locos bajo una lluvia de confeti. Sólo por unir a dos tipos de
público tan dispares ya hay que reconocerles que tienen mucho mérito. Pero,
como decía el disco no es “I love it” y diez canciones más. Casi todo el resto
también son hits, es imposible resistirse a canciones como “All night”,
“Girlfriend” (mi favorita del disco) o “Then we kissed”. Hay días en los que te
apetece escuchar un disco animado, que transmita alegría de principio a fin, la
sensación de estar en una fiesta continua, y el disco de Icona Pop es perfecto
para ello.
13. Martín pescador // Los Bonsáis
Tras
maravillarnos con su single de debut, “Ultramarinos”, Helena y Nel vuelven con
un mini LP de 8 canciones, en un vinilo blanco de 10” con una de las portadas
más bonitas del año (diseñada por la propia Helena, cuyos cuadros podéis ver
aquí). Los Bonsáis tienen muy claro lo que quieren, canciones sencillas (en el
mejor sentido de la palabra, no es una crítica, sino un elogio), directas,
llenas de guitarras ruidosas. Se podría decir que están en el lado opuesto de
la ostentación y el barroquismo de grupos como Arcade Fire, pero que la música
llegue a fascinarte no sólo depende de complejos arreglos e instrumentación.
Los Bonsáis tienen lo único que necesitamos, que son buenas canciones y, al
menos a mí, me consiguen enganchar. Canciones sobre viajes en tren, gastronomía
o inundaciones. Además incluyen una versión de “Los Genios” de Aventuras de
Kirlian y cierran el disco con una preciosa nana para relajarnos un poco
después de tanta intensidad. ¿Se les
puede pedir algo más? Pues sí, que pedir es gratis… Que lo próximo que saquen
sea ya un LP entero, porque los 18 minutos que dura este disco se pasan
volando.
12. De lo concreto a lo general // Doble
Pletina
Primer
disco de Doble Pletina, después de tres singles previos que habían dejado un
muy buen sabor de boca. Doble Pletina fueron una de las revelaciones del año
2011 con su “Música para cerrar las discotecas” que fue para muchos (yo me
incluyo) una de las mejores canciones nacionales del año. He de decir que ya
estoy un poco harto de grupos que sacan varios singles que te encantan y te los
compras pero luego pierden valor (no me refiero sólo a valor económico) porque
luego meten casi todas esas canciones en el siguiente disco que sacan. Con lo
cual te encuentras con singles en los que sólo hay (con suerte) una canción
exclusiva y discos de 10 canciones de las que ya tienes 5 y eso, a mí al menos,
me fastidia bastante. Si a mí me gusta un grupo quiero escuchar canciones
nuevas, no las mismas una y otra vez. Doble Pletina no han hecho eso. Han sido
valientes y han tenido la suficiente personalidad para, teniendo ya publicado
un hit tremendo como “Música para cerrar las discotecas”, no mirar atrás,
perdiendo quizá la posibilidad de atraer algún fan rezagado más, y sacar 13
canciones completamente nuevas. Y el resultado es maravilloso. Sí, es cierto
que no hay ninguna canción tan inmediata, adictiva y pegadiza como era “Música
para cerrar las discotecas” pero no quiere decir que el disco no sea bueno, al
contrario, “Hacer algo”, con sus toques electrónicos, “Terco”, “Te guste o no” o “Dimes y diretes”
son una muestra de que Doble Pletina tienen canciones de sobra para hacer un
disco redondo. Para mí, Doble Pletina es lo mejor que le ha pasado al pop
español en los últimos años, y este disco da buena cuenta de ello.
11. Everlasting light // The Proctors
La
verdad es que se ha hecho esperar el disco de The Proctors, y no lo digo tanto porque
su anterior disco sea de 1995 (que también), sino porque desde que anunciaron
este Everlasting Light hasta que salió en septiembre de este año pasó bastante
tiempo, de hecho tras verlos en directo en el Madrid Popfest 2012 estábamos
deseando que su disco saliera pronto, y no terminaba de llegar, pero al final
la espera ha merecido la pena. Si te gusta el indiepop clásico, los grupos de
Sarah Records, las guitarras sonido jangle, los juegos de voces chico-chica y
las canciones bonitas, si piensas que el Indietracks es el mejor festival del
mundo, entonces sin duda este es tu disco. He de reconocer que no había
escuchado las canciones de su etapa anterior (eran una de las muchas lagunas
que sigo teniendo, porque no se puede llegar a todo) y que, por norma, suelo
desconfiar de las viejas glorias que vuelven a las andadas después de tantos
años, pero el regreso de The Proctors me ha convencido del todo. Tienen tantas
canciones pegadizas que se hace difícil elegir alguna con la que quedarse, unos
días diría que “Perfect World”, otras “Ambulance”, “Yesterday’s boy” “Wishing
well” o “Fall down with you”. Creo que el Madrid Popfest tiene por norma no
repetir grupos, al menos no por ahora, pero quizá podrían hacer una excepción
con The Proctors, ahora que al fin hemos podido disfrutar de este disco, ¿no?
10. Weird sister // Joanna Gruesome
Gruesome
significa “repelente, espantoso, horripilante” pero la verdad es que estos
galeses (se confirman como otra excepción a eso de “Welsh bands suck” que
cantaba Teen Anthems”) han conseguido hacer un discazo tremendo. “Weird sister”
incluye 10 canciones aceleradas (salvo alguna excepción como “Candy” o “Satan”)
de punk pop, mezclado con C86 y guitarras ruidosas, melodías puramente pop y
juegos vocales chica-chico que en ocasiones recuerdan a Veronica Falls, pero
también a sonidos más noventeros del noise y el shoegaze. Ya quisieran muchos
grupos con una carrera más consolidad escribir hits tan adictivos como
“Sugarcrush”, “Lemonade Grrrl”, “Secret surprise” o “Do you really want to know
why yr still in love with me?” Además hay que recordar la buenísima noticia de
que son uno de los grupos que actuarán en el Madrid Popfest 2014, y seguramente
su directo será de los que recordaremos mucho tiempo después.
9. Reflektor // Arcade Fire
He
de reconocer que al principio tenía muchas ganas de un nuevo disco de Arcade
Fire, sobre todo después de que con “The Suburbs” superaran, en mi opinión a un
disco algo irregular como “Neon Bible”, aunque obviamente no a “Funeral”.
Luego, cuando sacaron “Reflektor” el single de adelanto, de casi 8 minutos, cuando en todas partes
empezaron a hablar del disco, que si era doble, que si duraba ochenta minutos y
cosas así me entró una pereza enorme, me costó mucho encontrar el momento de
escucharlo. Eso sí, hay que reconocerles
que no han optado por el recurso fácil de hacer una continuación de “The
Suburbs”. Además, sacar un disco doble, complejo, que requiere muchas escuchas
y, sobre todo, mucho tiempo, en esta época en la música se consume tan rápido
que un disco que sale en septiembre, en diciembre ya te parece casi que es del
año pasado, es una apuesta muy arriesgada, por muy Arcade Fire que seas. Al
final superé esa pereza y decidí darle una oportunidad, o mejor varias porque,
como he dicho, no es disco que entre a la primera, y ahora he de decir que me
encanta. Sí, no es Funeral, pero es que no van a sacar nunca otro Funeral. Sí,
es un disco pretencioso y pomposo, pero Arcade Fire siempre lo han sido. Sí, le
sobran algunas canciones, en concreto “Flashbulb Eyes” y “Porno” (aunque esta
última quizá bastase simplemente con cambiarla de sitio, pero es que se cuela
entre las tres mejores canciones del disco y desmerece). Sí, la primera parte
del disco es más floja que la segunda. Todo eso es cierto, pero también es
cierto que el disco tiene momentos maravillosos que sólo Arcade Fire es capaz
de hacer hoy en día. “Reflektor”, “Here comes the night”, “Awful Sound (oh
Eurydice)”, “It’s never over (Oh Orpheus)” o “Afterlife” (canción
increíblemente pegadiza, para darle a repeat una y otra vez, hasta el infinito)
hacen que este disco sea, para mí, uno de los discos del año.
8. Our hearts beat out loud // Math and Physics Club
Tercer
disco de Math and Physics Club y es tan bonito, o más aún, que los dos
anteriores. Cada vez tengo más claro que son uno de los grupos más
infravalorados del indiepop actual. Seguro que cuando llegue el momento de que
se separen (que esperemos que no sea pronto, que sigan sacando discos y discos
siempre) nos pasará como nos pasa ahora con Hefner o con The Lucksmiths que los
escuchamos una y otra vez y seguimos sin comprender por qué no llegaron más
lejos, cuando merecían mucha mayor consideración de la que obtuvieron mientras
estaban activos. Pero bueno, los fans de siempre sabremos que de verdad merecen
la pena. De todos modos, Math and Physics Club siguen a lo suyo, no parece
preocuparles en absoluto, y son capaces de ofrecer pequeñas joyas de indiepop,
rebosantes de amor y de frescura, simples (que no fáciles) y efectivas. ¿Por
qué hay gente que se empeña en esperar a que Belle and Sebastian vuelvan a
hacer lo que hacían antes si tenemos a grupos como Math and Physics Club o Allo
Darlin’ que pueden llenar ese hueco sin ningún problema? Our hearts beat out
loud (precioso título y preciosa portada, por cierto, que son una buena muestra
de lo que te vas a encontrar al escucharlo) sigue la fórmula de sus discos
anteriores pero no suena repetitivo, al contrario. Cuando se tienen canciones
más bonitas no necesitas que un grupo se reinventen disco a disco, porque lo
que importa al final son las canciones, ¿no? Como nos tienen acostumbrados, el
disco pasa en un suspiro (dura 30 minutos escasos) pero se disfruta de
principio a fin, así que cuando acaba siempre tienes ganas de volver a darle al
play y seguir sumergiéndote en él. Canciones como “We are not lost”, “Long
drag” o “That’s what love is” se convierten en himnos pop desde la primera
escucha. Y encima es que son muy majos, como nos demostraron cuando nos contestaron,
con mucho interés, esta entrevista.
7. Amor y ruido // Parade
Es
increíble observar la evolución de Parade en cada disco hasta llegar a “Amor y
Ruido”. Si alguien que no lo conociera escuchase una canción de su primer disco
y otra de este último le sería difícil adivinar que se trata del mismo grupo.
Pero el cambio desde el pop de sintetizadores hasta el pop con guitarras,
pianos y baterías reales ha sido tan natural y progresivo que no extraña en
absoluto a los que hemos ido siguiendo su carrera, disco a disco. En este nuevo
disco sigue habiendo alienígenas, vampiros, muertos vivientes, fantasmas,
apocalipsis y también gente normal. Y el nexo común entre todos ellos, y
posiblemente entre todos los discos de Parade es el amor, y esa acaba siendo la
seña de identidad del proyecto de Antonio Galvañ. No se me ocurre ni un solo
grupo con una trayectoria tan brillante, tan sólida, con tantos discos
geniales, que nunca bajan de una nota de notable alto y que, en varias
ocasiones, llegan a la matrícula de honor. Parade cada vez consigue más
reconocimiento (que no éxito) y con el tiempo conseguirá mucho más, porque lo merece
y porque es lo justo. Mientras disfrutaremos una y otra vez de sus canciones y
personajes fascinantes, como niños grandes que somos.
6. Day-Glo dreams // Helen Love
Partamos
de la base de que con Helen Love no soy objetivo, lo siento, soy demasiado fan.
Es uno de mis grupos favoritos de siempre. Supongo que decir esto aquí podría
invalidar el criterio que sigo a la hora de hacer esta lista pero, como ya he
dicho antes, esta es la lista de mis discos favoritos del año, no digo que sean
los mejores del año, sino que son los que a mí me gustan, y en una lista así,
Helen Love no podría faltar. No hay muchos grupos a los que siga tan ciegamente
como a Helen Love, así que algo de mérito deben de tener. De hecho, pensándolo
bien, tiene mucho mérito. Tiene mucho mérito que un grupo que apenas promociona
sus discos, que casi no hace entrevistas, ni tiene demasiadas fotos
promocionales, ni hace muchos conciertos
tenga una base tan estable y fiel(no enorme, pero sí considerable) de fans que
estén expectantes ante cualquier lanzamiento de los galeses. Fans que van a su
concierto en el Indietracks y les da igual que Helen sea tan tímida que no sea
capaz ni de decir “hola” encima del escenario, que se equivoque en las letras,
que la mayoría de la música esté pregrabada… Una vez empieza a sonar la música todo
eso te da igual y sólo piensas en saltar, en bailar y cantar como un loco,
sabiendo que estás viviendo un momento único, que llevabas muchos años
esperando y que lo vas a disfrutar todo lo que puedas. Quizá los fans de Helen
Love sólo somos eternos adolescentes que se han visto obligados a crecer y por
eso nos sentimos tan atraídos por esas canciones sobre amor adolescente,
música, sol e interminables vacaciones de verano. Ah! Aún no he dicho nada
sobre el disco… Pues es un disco más pop y menos electrónico que los
anteriores, pero con canciones igual de pegadizas que siempre como “Atomic”,
“Teenage heartbreak soap opera” o “Day-Glo Dreams”. Si ya conoces a Helen Love
sabes lo que puedes esperar. Si no los conoces, pues ya estás tardando
demasiado. Lo único que no convence del disco es la portada, en blanco y negro,
acostumbrado a los bonitos collages a todo color que ya eran marca de la casa,
supongo que es una de esas cosas en las que los fans somos más quisquillosos,
pero ellos sabrán por qué lo han hecho.
5. Waiting for something to happen // Veronica Falls
El
primer disco de Veronica Falls me parece un buen disco, pero he de admitir que
nunca me llevó a cautivar del todo. Veía buenas melodías y buenas ideas pero
creo que le faltaba algo. Afortunadamente, ese algo que les faltaba lo han
encontrado en su segundo disco. Conservan las buenas melodías, pero ahora las
canciones son más luminosas y brillantes, con adictivos juegos de voces
chica-chico, y el resultado es excelente. Han conseguido construir un disco muy
completo, a pesar de que se limitan al pop de guitarras, pero es que no
necesitan más para hacer hits enormes como “Teenage”, “Waiting for something to
happen”, “Broken toy” o “Everybody’s changing”. Salvando las distancias, es el
disco (quizá con el de Joanna Gruesome) que más me llena el vacío que siento
por culpa de que The Pains of being pure at heart aún no hayan sacado un tercer
disco. Ah! Si lo buscáis en El Corte Inglés, no busquéis por la V como sería
razonable, buscadlo por la F de “Falls, Veronica”, que lo tienen como si fuera
una solista, en lugar de un grupo…
4. I blame society // The Ballet
Lo
primero que hay que advertir es que este no es un disco alegre, ni mucho menos,
es un disco con letras tristes, bordeando la depresión, de desamor y desesperación.
Dicho esto, también se necesitan discos de pop así, ¿no? Los discos alegres y
animados están muy bien, pero yo soy de los que pienso que en los momentos en
los que estás más desanimado, escuchar música así te ayuda a empatizar con
quien canta y te saca del pozo en el que estás metido. Si te gustan grupos como
Trembling Blue Stars, Harper Lee o The Magnetic Fields más tristones, éste es
tu grupo. Que no os engañe que la primera canción diga siente que todo vaya a
ir bien, porque el resto del disco no tiene esa actitud optimista (me recuerda
a cuando Harper Lee saca discos con canciones con letras deprimentes, casi de
cortarte las venas, y luego los titula “All things can be mended” o “Everything
is going to be OK”). Las canciones de este disco plasman sentimientos como
intentar ignorar la realidad y disfrutar algo de la vida antes de que todo se
acabe (“Cruel path”), la angustia por las dudas sobre si todos tus problemas
son culpa de tu forma de ser (“Difficult situations”), añoranza de tu expareja (“Feelings”
con un genial toque a lo New Order), la
sensación de que tu vida no tiene sentido (“Meaningless”), la soledad más
profunda y dolorosa (“Is anybody out there?”) o el hastío ante una relación que
está acabada y que quieres dejar atrás de una vez (“Sorry”). Dicho así quizá te
dé miedo escuchar el disco, pero te perderías un discazo espectacular.
3. Moderns vampire of the city // Vampire Weekend
A la
tercera va la vencida… Y es que hasta este tercer disco no me he hecho fan del
todo de Vampire Weekend. Bueno, tampoco es que no me gustasen nada los discos
anteriores, pero me echaba para atrás ese rollo afroindie que tenían (una de
las peores modas de la música en los últimos años), así que me parecían dos
discos disfrutables, con muy buenas canciones (algunas buenísimas de hecho),
pero también con otras que me aburrían y me daba pereza escuchar. Todo eso ha
quedado atrás con este “Moderns vampire of the city”. Al fin se han olvidado de
los sonidos africanos y han conseguido hacer un maravilloso disco de POP, así
con mayúsculas, inolvidables juegos de voces, teclados juguetones e
innumerables detalles que vas descubriendo con cada escucha del disco. Y
precisamente es un disco que crece y crece con cada escucha, hasta límites
insospechados. La sensación inicial es
que se trata de un disco con canciones más pausadas (con algunas excepciones
como “Diane Young”,“Finger Back” o “Worship you”) que los anteriores pero, en
contra de lo que le puede pasar a otros grupos, eso no hace que pierdan
frescura, al contrario, hace que su propuesta sea mucho más disfrutable.
También hay que reconocerles el mérito de haber conseguido un sonido tan propio
y reconocible con únicamente tres discos, forjándose su personalidad sin
dejarse arrastrar por modas o por lo que la gente podría esperar de ellos.
Escuchar canciones como “Diane Young”, con su cantidad de cambios de ritmo,
cambios de voces, cambios de sonido; la casi desnuda pero perfecta “Hannag
Hunt”; el ritmo marcado (muy al estilo de “Tonight we fly” de The Divine Comedy”,
y eso es un punto muy positivo) de “Worship you”; el increíblemente pegadizo
estribillo de “Ya Hey”, o la preciosa “Step” es un auténtico disfrute para
nuestros oídos. El disco se cierra con la breve pero emocionante “Young Lion”, delicada
canción con una preciosa melodía de piano y armonías vocales, y nos deja con un
gran sabor de boca, pensando que, esta vez sí, Vampire Weekend han hecho una
obra maestra.
2. Dress up // The Spook school
The
Spook School vienen de Edimburgo y recuerdan a muchas cosas buenas, por ejemplo
a veces recuerdan a Talulah Gosh y otras a Heavenly, otras me recuerdan a uno
de mis discos favoritos del año pasado, el de This Many Boyfriends, o a Betty
and the Werewolves, y otras al añorado primer disco de Los Campesinos (aunque
no hace tanto tiempo que salió, pero como no paran de sacar discos, parece más
lejano, también porque el grupo se ha ido alejando de ese disco en términos
estilísticos). Vamos, todas son referencias muy muy buenas. Pero es que tienen
algo más, que no sé explicar pero que engancha. Supongo que todo se reduce a
tener buenas canciones, muy directas, con melodías pegadizas y letras
ingeniosas, con mucha frescura, sin complicaciones y con muchas ganas de
pasárselo bien. Se me hace la boca agua sólo con pensar en verles en directo, no
sé si sonarán bien, puede que sí o puede que no, pero lo que está claro es que
sería una fiesta divertídisima. Lo más sorprendente es que consiguen dar con la
tecla no sólo con sus canciones aceleradas, sino que también lo hacen cuando
bajan un poco el ritmo en canciones como “Something” o “Devil of mine” consiguiendo
alguno de los momentos más brillantes del disco. Pero, no nos engañemos, es con
las canciones animadas con las que son absolutamente adictivos, de forma que
después de escuchar “I’ll be honest”, “I don´t know”, “What a pity” o “o “Who
you gonna call? Goat buster!” no puedes quitártelas de la cabeza. ¿Se les puede
pedir algo más? Pues no, porque hasta tienen una canción que se llama “Can you
ever trust a man who thinks Matt Damon is really cool?”, y tienen más razón que
un santo.
1. The bones of what you believe // CHVRCHES
La
verdad es que soy más de pop de guitarras que de pop electrónico, más que nada
porque es lo que más conozco, lo que más fácil me entra y a lo que le presto
más atención. Seguro que hay todo un mundo hay fuera de grupos de pop
electrónico que se me escapa y que si escuchase me encantaría, pero estamos tan
sobreexpuestos a música hoy día que no se puede abarcar todo, y hay que
renunciar a algo. Pero lo cierto es que eso me preocupa de verdad cuando
escucho grupos como CHVRCHES, porque cuando escucho este disco me da miedo
pensar cuantos discos tan buenos como éste he dejado pasar en los últimos años.
Vienen de Glasgow (engrosando una lista cada vez más extensa de grupos
favoritos que vienen de esa ciudad… ¿qué hacen en Glasgow para tener tantos
grupos maravillosos?) y, aunque estilísticamente, al ser pop de sintetizadores,
se alejan algo de los grupos que me suelen gustar de esa ciudad, si comparten
cierto toque melancólico en la música y, sobre todo, en las letras (“I’ll be a
thorn on your side till you die”, “Stay where you are, ever after, chasing
things that we should run from”, “And if I recover will you be my comfort? Or it can be over, or we can just
live it here”…). Las letras del disco son preciosas, pero la música no
se queda atrás. Son canciones en apariencia sencillas, pero que están llenas de
pequeños detalles que descubres escucha tras escucha, acompañados de una
preciosa voz. Uno de esos discos que se deben escuchar con auriculares para
poder apreciar todo lo que suena. Y encima consiguen que las canciones sean
increíblemente pegadizas. Es imposible no enamorarte a la primera escucha de
“The mother we share”, “Gun”, “Tether” o “Recover”, por nombrar algunas, pero
hay muchas más. Para mí, son sin duda la revelación del año, y han hecho mi
disco favorito de este 2013.
joder, me vais a crear entre todos un complejo por no comulgar con chvrches. Y no he escuchado aúl el de spook school. Tarea para este final de año.
ResponderEliminarbueno manolo, todo es cuestión de gustos, si chvrches no te entran no te entran, no pasa nada ;-) a mí también me pasa con grupos que salen en otras listas... es imposible gustar a todo el mundo!
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