jueves, 12 de diciembre de 2013

Discos favoritos del 2013



Como tanta gente estos días, me animo a publicar mi lista de discos favoritos del 2013. Digo favoritos porque son los que más me han gustado a mí este año, pero no digo que sean los mejores. Me parece imposible decir qué disco ha sido el mejor del año porque para eso tendría que haber escuchado todos los discos que han salido los últimos doce meses y, obviamente, no lo he hecho, ni lo ha hecho nadie. Que sea la crítica especializada quien se encargue de hablar de lo mejor del año, yo no estoy para eso. Estoy seguro que se me han escapado muchas cosas, pero lo asumo. Es algo que me pasa siempre (y supongo que le pasa a más gente), todos los años cuando leo las listas de los mejor del año, veo que hay muchos discos que no he escuchado y me los apunto para escucharlos cuando pueda. Así me pasa que, meses después de acabar el año, llego a la conclusión de que si hubiera escuchado esos discos antes, habrían entrado seguramente en mi lista de lo mejor del año. Pero bueno, eso no importa, al final esta lista refleja los discos, publicados en el 2013, que han sido más importantes para mí, los que más me han emocionado, los que más he escuchado, los que tengo asociados a más recuerdos durante este año, y por eso, esta lista es un fiel reflejo de mis gustos. Y de eso se trata. Los que se hayan quedado fuera ya serán valorados en su momento, y otros quizá es que simplemente no me apasionaron, todo puede ser.  Pues nada, aquí va la lista, del 15 al 1.

15. Alpaca Sports // Alpaca Sports


Vale, meter este disco en la lista es hacer trampa, primero porque no es el disco de debut de Alpaca Sports, sino un recopilatorio de singles que sacaron, y además algunas de las canciones son del 2012, pero Alpaca Sports han sido para mí uno de los grupos que más he escuchado este año, así que no quería dejarlos fuera de la lista, y como esta es mi lista y yo decido los criterios para entrar en ella, Alpaca Sports está dentro (aunque por eso lo pongo en el último puesto de la lista). Estos suecos se han convertido en uno de los grupos de moda del indiepop. Sí, no es que muevan enormes masas de gente, no llegan al mainstream ni mucho menos, pero han conseguido tocar, con éxito y en el mismo año, en los Popfests de Madrid, Nueva York, Berlín y también en el Indietracks, además de hacer gira por Japón, y eso es porque algo tienen que enganchan a la gente. Este CD incluye 7 canciones que había ido desgranando el grupo poco a poco, en singles en vinilo de 7”, todos ellos (y este CD también) fácilmente reconocibles por las coloridas portadas de la artista japonesa Ray Kimura. Las canciones de Alpaca Sports son pequeñas joyas de indiepop, con bonitos arreglos de cuerdas y coros, increíblemente pegadizas, con letras sobre amor, o más bien desamor que, a pesar que vengan de Suecia, te remiten a cálidos días de verano. Mientras espero impaciente la publicación de su disco de debut (en el que supongo que meterán varias de estas canciones, algo que a mí no me acaba de gustar) escuchar estas canciones es una de esas cosas que te alegran el día, después de escucharlas, es imposible dejar de tararear “Just for fun”, “I was running” o “Indian summer”.
14. This is Icona Pop // Icona Pop
¿Uno de los hypes del año? Pues sí. Pero, ¿merece la pena? Sin duda. ¿Son sólo un one hit wonder? No, todo el disco está lleno de hits. Es cierto que “I love it” ha sonado por todos lados, las ha hecho mundialmente conocidas y parece ser que vale tanto como para cerrar una horrible gala de los premios europeos de la (anteriormente cadena musical) MTV como para sonar en la última pinchada del domingo del Indietracks y que todos los amantes del indiepop se dejen llevar bailando como locos bajo una lluvia de confeti. Sólo por unir a dos tipos de público tan dispares ya hay que reconocerles que tienen mucho mérito. Pero, como decía el disco no es “I love it” y diez canciones más. Casi todo el resto también son hits, es imposible resistirse a canciones como “All night”, “Girlfriend” (mi favorita del disco) o “Then we kissed”. Hay días en los que te apetece escuchar un disco animado, que transmita alegría de principio a fin, la sensación de estar en una fiesta continua, y el disco de Icona Pop es perfecto para ello.
13. Martín pescador // Los Bonsáis
Tras maravillarnos con su single de debut, “Ultramarinos”, Helena y Nel vuelven con un mini LP de 8 canciones, en un vinilo blanco de 10” con una de las portadas más bonitas del año (diseñada por la propia Helena, cuyos cuadros podéis ver aquí). Los Bonsáis tienen muy claro lo que quieren, canciones sencillas (en el mejor sentido de la palabra, no es una crítica, sino un elogio), directas, llenas de guitarras ruidosas. Se podría decir que están en el lado opuesto de la ostentación y el barroquismo de grupos como Arcade Fire, pero que la música llegue a fascinarte no sólo depende de complejos arreglos e instrumentación. Los Bonsáis tienen lo único que necesitamos, que son buenas canciones y, al menos a mí, me consiguen enganchar. Canciones sobre viajes en tren, gastronomía o inundaciones. Además incluyen una versión de “Los Genios” de Aventuras de Kirlian y cierran el disco con una preciosa nana para relajarnos un poco después de tanta intensidad.  ¿Se les puede pedir algo más? Pues sí, que pedir es gratis… Que lo próximo que saquen sea ya un LP entero, porque los 18 minutos que dura este disco se pasan volando.
12. De lo concreto a lo general // Doble Pletina
Primer disco de Doble Pletina, después de tres singles previos que habían dejado un muy buen sabor de boca. Doble Pletina fueron una de las revelaciones del año 2011 con su “Música para cerrar las discotecas” que fue para muchos (yo me incluyo) una de las mejores canciones nacionales del año. He de decir que ya estoy un poco harto de grupos que sacan varios singles que te encantan y te los compras pero luego pierden valor (no me refiero sólo a valor económico) porque luego meten casi todas esas canciones en el siguiente disco que sacan. Con lo cual te encuentras con singles en los que sólo hay (con suerte) una canción exclusiva y discos de 10 canciones de las que ya tienes 5 y eso, a mí al menos, me fastidia bastante. Si a mí me gusta un grupo quiero escuchar canciones nuevas, no las mismas una y otra vez. Doble Pletina no han hecho eso. Han sido valientes y han tenido la suficiente personalidad para, teniendo ya publicado un hit tremendo como “Música para cerrar las discotecas”, no mirar atrás, perdiendo quizá la posibilidad de atraer algún fan rezagado más, y sacar 13 canciones completamente nuevas. Y el resultado es maravilloso. Sí, es cierto que no hay ninguna canción tan inmediata, adictiva y pegadiza como era “Música para cerrar las discotecas” pero no quiere decir que el disco no sea bueno, al contrario, “Hacer algo”, con sus toques electrónicos,  “Terco”, “Te guste o no” o “Dimes y diretes” son una muestra de que Doble Pletina tienen canciones de sobra para hacer un disco redondo. Para mí, Doble Pletina es lo mejor que le ha pasado al pop español en los últimos años, y este disco da buena cuenta de ello.
11. Everlasting light // The Proctors
La verdad es que se ha hecho esperar el disco de The Proctors, y no lo digo tanto porque su anterior disco sea de 1995 (que también), sino porque desde que anunciaron este Everlasting Light hasta que salió en septiembre de este año pasó bastante tiempo, de hecho tras verlos en directo en el Madrid Popfest 2012 estábamos deseando que su disco saliera pronto, y no terminaba de llegar, pero al final la espera ha merecido la pena. Si te gusta el indiepop clásico, los grupos de Sarah Records, las guitarras sonido jangle, los juegos de voces chico-chica y las canciones bonitas, si piensas que el Indietracks es el mejor festival del mundo, entonces sin duda este es tu disco. He de reconocer que no había escuchado las canciones de su etapa anterior (eran una de las muchas lagunas que sigo teniendo, porque no se puede llegar a todo) y que, por norma, suelo desconfiar de las viejas glorias que vuelven a las andadas después de tantos años, pero el regreso de The Proctors me ha convencido del todo. Tienen tantas canciones pegadizas que se hace difícil elegir alguna con la que quedarse, unos días diría que “Perfect World”, otras “Ambulance”, “Yesterday’s boy” “Wishing well” o “Fall down with you”. Creo que el Madrid Popfest tiene por norma no repetir grupos, al menos no por ahora, pero quizá podrían hacer una excepción con The Proctors, ahora que al fin hemos podido disfrutar de este disco, ¿no?
10. Weird sister // Joanna Gruesome
Gruesome significa “repelente, espantoso, horripilante” pero la verdad es que estos galeses (se confirman como otra excepción a eso de “Welsh bands suck” que cantaba Teen Anthems”) han conseguido hacer un discazo tremendo. “Weird sister” incluye 10 canciones aceleradas (salvo alguna excepción como “Candy” o “Satan”) de punk pop, mezclado con C86 y guitarras ruidosas, melodías puramente pop y juegos vocales chica-chico que en ocasiones recuerdan a Veronica Falls, pero también a sonidos más noventeros del noise y el shoegaze. Ya quisieran muchos grupos con una carrera más consolidad escribir hits tan adictivos como “Sugarcrush”, “Lemonade Grrrl”, “Secret surprise” o “Do you really want to know why yr still in love with me?” Además hay que recordar la buenísima noticia de que son uno de los grupos que actuarán en el Madrid Popfest 2014, y seguramente su directo será de los que recordaremos mucho tiempo después.
9. Reflektor // Arcade Fire
He de reconocer que al principio tenía muchas ganas de un nuevo disco de Arcade Fire, sobre todo después de que con “The Suburbs” superaran, en mi opinión a un disco algo irregular como “Neon Bible”, aunque obviamente no a “Funeral”. Luego, cuando sacaron “Reflektor” el single de adelanto, de  casi 8 minutos, cuando en todas partes empezaron a hablar del disco, que si era doble, que si duraba ochenta minutos y cosas así me entró una pereza enorme, me costó mucho encontrar el momento de escucharlo.  Eso sí, hay que reconocerles que no han optado por el recurso fácil de hacer una continuación de “The Suburbs”. Además, sacar un disco doble, complejo, que requiere muchas escuchas y, sobre todo, mucho tiempo, en esta época en la música se consume tan rápido que un disco que sale en septiembre, en diciembre ya te parece casi que es del año pasado, es una apuesta muy arriesgada, por muy Arcade Fire que seas. Al final superé esa pereza y decidí darle una oportunidad, o mejor varias porque, como he dicho, no es disco que entre a la primera, y ahora he de decir que me encanta. Sí, no es Funeral, pero es que no van a sacar nunca otro Funeral. Sí, es un disco pretencioso y pomposo, pero Arcade Fire siempre lo han sido. Sí, le sobran algunas canciones, en concreto “Flashbulb Eyes” y “Porno” (aunque esta última quizá bastase simplemente con cambiarla de sitio, pero es que se cuela entre las tres mejores canciones del disco y desmerece). Sí, la primera parte del disco es más floja que la segunda. Todo eso es cierto, pero también es cierto que el disco tiene momentos maravillosos que sólo Arcade Fire es capaz de hacer hoy en día. “Reflektor”, “Here comes the night”, “Awful Sound (oh Eurydice)”, “It’s never over (Oh Orpheus)” o “Afterlife” (canción increíblemente pegadiza, para darle a repeat una y otra vez, hasta el infinito) hacen que este disco sea, para mí, uno de los discos del año.
8. Our hearts beat out loud // Math and Physics Club
Tercer disco de Math and Physics Club y es tan bonito, o más aún, que los dos anteriores. Cada vez tengo más claro que son uno de los grupos más infravalorados del indiepop actual. Seguro que cuando llegue el momento de que se separen (que esperemos que no sea pronto, que sigan sacando discos y discos siempre) nos pasará como nos pasa ahora con Hefner o con The Lucksmiths que los escuchamos una y otra vez y seguimos sin comprender por qué no llegaron más lejos, cuando merecían mucha mayor consideración de la que obtuvieron mientras estaban activos. Pero bueno, los fans de siempre sabremos que de verdad merecen la pena. De todos modos, Math and Physics Club siguen a lo suyo, no parece preocuparles en absoluto, y son capaces de ofrecer pequeñas joyas de indiepop, rebosantes de amor y de frescura, simples (que no fáciles) y efectivas. ¿Por qué hay gente que se empeña en esperar a que Belle and Sebastian vuelvan a hacer lo que hacían antes si tenemos a grupos como Math and Physics Club o Allo Darlin’ que pueden llenar ese hueco sin ningún problema? Our hearts beat out loud (precioso título y preciosa portada, por cierto, que son una buena muestra de lo que te vas a encontrar al escucharlo) sigue la fórmula de sus discos anteriores pero no suena repetitivo, al contrario. Cuando se tienen canciones más bonitas no necesitas que un grupo se reinventen disco a disco, porque lo que importa al final son las canciones, ¿no? Como nos tienen acostumbrados, el disco pasa en un suspiro (dura 30 minutos escasos) pero se disfruta de principio a fin, así que cuando acaba siempre tienes ganas de volver a darle al play y seguir sumergiéndote en él. Canciones como “We are not lost”, “Long drag” o “That’s what love is” se convierten en himnos pop desde la primera escucha. Y encima es que son muy majos, como nos demostraron cuando nos contestaron, con mucho interés, esta entrevista.
7. Amor y ruido // Parade
Es increíble observar la evolución de Parade en cada disco hasta llegar a “Amor y Ruido”. Si alguien que no lo conociera escuchase una canción de su primer disco y otra de este último le sería difícil adivinar que se trata del mismo grupo. Pero el cambio desde el pop de sintetizadores hasta el pop con guitarras, pianos y baterías reales ha sido tan natural y progresivo que no extraña en absoluto a los que hemos ido siguiendo su carrera, disco a disco. En este nuevo disco sigue habiendo alienígenas, vampiros, muertos vivientes, fantasmas, apocalipsis y también gente normal. Y el nexo común entre todos ellos, y posiblemente entre todos los discos de Parade es el amor, y esa acaba siendo la seña de identidad del proyecto de Antonio Galvañ. No se me ocurre ni un solo grupo con una trayectoria tan brillante, tan sólida, con tantos discos geniales, que nunca bajan de una nota de notable alto y que, en varias ocasiones, llegan a la matrícula de honor. Parade cada vez consigue más reconocimiento (que no éxito) y con el tiempo conseguirá mucho más, porque lo merece y porque es lo justo. Mientras disfrutaremos una y otra vez de sus canciones y personajes fascinantes, como niños grandes que somos.
6. Day-Glo dreams // Helen Love
Partamos de la base de que con Helen Love no soy objetivo, lo siento, soy demasiado fan. Es uno de mis grupos favoritos de siempre. Supongo que decir esto aquí podría invalidar el criterio que sigo a la hora de hacer esta lista pero, como ya he dicho antes, esta es la lista de mis discos favoritos del año, no digo que sean los mejores del año, sino que son los que a mí me gustan, y en una lista así, Helen Love no podría faltar. No hay muchos grupos a los que siga tan ciegamente como a Helen Love, así que algo de mérito deben de tener. De hecho, pensándolo bien, tiene mucho mérito. Tiene mucho mérito que un grupo que apenas promociona sus discos, que casi no hace entrevistas, ni tiene demasiadas fotos promocionales,  ni hace muchos conciertos tenga una base tan estable y fiel(no enorme, pero sí considerable) de fans que estén expectantes ante cualquier lanzamiento de los galeses. Fans que van a su concierto en el Indietracks y les da igual que Helen sea tan tímida que no sea capaz ni de decir “hola” encima del escenario, que se equivoque en las letras, que la mayoría de la música esté pregrabada… Una vez empieza a sonar la música todo eso te da igual y sólo piensas en saltar, en bailar y cantar como un loco, sabiendo que estás viviendo un momento único, que llevabas muchos años esperando y que lo vas a disfrutar todo lo que puedas. Quizá los fans de Helen Love sólo somos eternos adolescentes que se han visto obligados a crecer y por eso nos sentimos tan atraídos por esas canciones sobre amor adolescente, música, sol e interminables vacaciones de verano. Ah! Aún no he dicho nada sobre el disco… Pues es un disco más pop y menos electrónico que los anteriores, pero con canciones igual de pegadizas que siempre como “Atomic”, “Teenage heartbreak soap opera” o “Day-Glo Dreams”. Si ya conoces a Helen Love sabes lo que puedes esperar. Si no los conoces, pues ya estás tardando demasiado. Lo único que no convence del disco es la portada, en blanco y negro, acostumbrado a los bonitos collages a todo color que ya eran marca de la casa, supongo que es una de esas cosas en las que los fans somos más quisquillosos, pero ellos sabrán por qué lo han hecho.
5. Waiting for something to happen // Veronica Falls
El primer disco de Veronica Falls me parece un buen disco, pero he de admitir que nunca me llevó a cautivar del todo. Veía buenas melodías y buenas ideas pero creo que le faltaba algo. Afortunadamente, ese algo que les faltaba lo han encontrado en su segundo disco. Conservan las buenas melodías, pero ahora las canciones son más luminosas y brillantes, con adictivos juegos de voces chica-chico, y el resultado es excelente. Han conseguido construir un disco muy completo, a pesar de que se limitan al pop de guitarras, pero es que no necesitan más para hacer hits enormes como “Teenage”, “Waiting for something to happen”, “Broken toy” o “Everybody’s changing”. Salvando las distancias, es el disco (quizá con el de Joanna Gruesome) que más me llena el vacío que siento por culpa de que The Pains of being pure at heart aún no hayan sacado un tercer disco. Ah! Si lo buscáis en El Corte Inglés, no busquéis por la V como sería razonable, buscadlo por la F de “Falls, Veronica”, que lo tienen como si fuera una solista, en lugar de un grupo…
4. I blame society // The Ballet
Lo primero que hay que advertir es que este no es un disco alegre, ni mucho menos, es un disco con letras tristes, bordeando la depresión, de desamor y desesperación. Dicho esto, también se necesitan discos de pop así, ¿no? Los discos alegres y animados están muy bien, pero yo soy de los que pienso que en los momentos en los que estás más desanimado, escuchar música así te ayuda a empatizar con quien canta y te saca del pozo en el que estás metido. Si te gustan grupos como Trembling Blue Stars, Harper Lee o The Magnetic Fields más tristones, éste es tu grupo. Que no os engañe que la primera canción diga siente que todo vaya a ir bien, porque el resto del disco no tiene esa actitud optimista (me recuerda a cuando Harper Lee saca discos con canciones con letras deprimentes, casi de cortarte las venas, y luego los titula “All things can be mended” o “Everything is going to be OK”). Las canciones de este disco plasman sentimientos como intentar ignorar la realidad y disfrutar algo de la vida antes de que todo se acabe (“Cruel path”), la angustia por las dudas sobre si todos tus problemas son culpa de tu forma de ser (“Difficult situations”), añoranza de tu expareja (“Feelings” con un genial toque a lo New Order),  la sensación de que tu vida no tiene sentido (“Meaningless”), la soledad más profunda y dolorosa (“Is anybody out there?”) o el hastío ante una relación que está acabada y que quieres dejar atrás de una vez (“Sorry”). Dicho así quizá te dé miedo escuchar el disco, pero te perderías un discazo espectacular.
3. Moderns vampire of the city // Vampire Weekend
A la tercera va la vencida… Y es que hasta este tercer disco no me he hecho fan del todo de Vampire Weekend. Bueno, tampoco es que no me gustasen nada los discos anteriores, pero me echaba para atrás ese rollo afroindie que tenían (una de las peores modas de la música en los últimos años), así que me parecían dos discos disfrutables, con muy buenas canciones (algunas buenísimas de hecho), pero también con otras que me aburrían y me daba pereza escuchar. Todo eso ha quedado atrás con este “Moderns vampire of the city”. Al fin se han olvidado de los sonidos africanos y han conseguido hacer un maravilloso disco de POP, así con mayúsculas, inolvidables juegos de voces, teclados juguetones e innumerables detalles que vas descubriendo con cada escucha del disco. Y precisamente es un disco que crece y crece con cada escucha, hasta límites insospechados.  La sensación inicial es que se trata de un disco con canciones más pausadas (con algunas excepciones como “Diane Young”,“Finger Back” o “Worship you”) que los anteriores pero, en contra de lo que le puede pasar a otros grupos, eso no hace que pierdan frescura, al contrario, hace que su propuesta sea mucho más disfrutable. También hay que reconocerles el mérito de haber conseguido un sonido tan propio y reconocible con únicamente tres discos, forjándose su personalidad sin dejarse arrastrar por modas o por lo que la gente podría esperar de ellos. Escuchar canciones como “Diane Young”, con su cantidad de cambios de ritmo, cambios de voces, cambios de sonido; la casi desnuda pero perfecta “Hannag Hunt”; el ritmo marcado (muy al estilo de “Tonight we fly” de The Divine Comedy”, y eso es un punto muy positivo) de “Worship you”; el increíblemente pegadizo estribillo de “Ya Hey”, o la preciosa “Step” es un auténtico disfrute para nuestros oídos. El disco se cierra con la breve pero emocionante “Young Lion”, delicada canción con una preciosa melodía de piano y armonías vocales, y nos deja con un gran sabor de boca, pensando que, esta vez sí, Vampire Weekend han hecho una obra maestra.
2. Dress up // The Spook school

The Spook School vienen de Edimburgo y recuerdan a muchas cosas buenas, por ejemplo a veces recuerdan a Talulah Gosh y otras a Heavenly, otras me recuerdan a uno de mis discos favoritos del año pasado, el de This Many Boyfriends, o a Betty and the Werewolves, y otras al añorado primer disco de Los Campesinos (aunque no hace tanto tiempo que salió, pero como no paran de sacar discos, parece más lejano, también porque el grupo se ha ido alejando de ese disco en términos estilísticos). Vamos, todas son referencias muy muy buenas. Pero es que tienen algo más, que no sé explicar pero que engancha. Supongo que todo se reduce a tener buenas canciones, muy directas, con melodías pegadizas y letras ingeniosas, con mucha frescura, sin complicaciones y con muchas ganas de pasárselo bien. Se me hace la boca agua sólo con pensar en verles en directo, no sé si sonarán bien, puede que sí o puede que no, pero lo que está claro es que sería una fiesta divertídisima. Lo más sorprendente es que consiguen dar con la tecla no sólo con sus canciones aceleradas, sino que también lo hacen cuando bajan un poco el ritmo en canciones como “Something” o “Devil of mine” consiguiendo alguno de los momentos más brillantes del disco. Pero, no nos engañemos, es con las canciones animadas con las que son absolutamente adictivos, de forma que después de escuchar “I’ll be honest”, “I don´t know”, “What a pity” o “o “Who you gonna call? Goat buster!” no puedes quitártelas de la cabeza. ¿Se les puede pedir algo más? Pues no, porque hasta tienen una canción que se llama “Can you ever trust a man who thinks Matt Damon is really cool?”, y tienen más razón que un santo.
1. The bones of what you believe // CHVRCHES
La verdad es que soy más de pop de guitarras que de pop electrónico, más que nada porque es lo que más conozco, lo que más fácil me entra y a lo que le presto más atención. Seguro que hay todo un mundo hay fuera de grupos de pop electrónico que se me escapa y que si escuchase me encantaría, pero estamos tan sobreexpuestos a música hoy día que no se puede abarcar todo, y hay que renunciar a algo. Pero lo cierto es que eso me preocupa de verdad cuando escucho grupos como CHVRCHES, porque cuando escucho este disco me da miedo pensar cuantos discos tan buenos como éste he dejado pasar en los últimos años. Vienen de Glasgow (engrosando una lista cada vez más extensa de grupos favoritos que vienen de esa ciudad… ¿qué hacen en Glasgow para tener tantos grupos maravillosos?) y, aunque estilísticamente, al ser pop de sintetizadores, se alejan algo de los grupos que me suelen gustar de esa ciudad, si comparten cierto toque melancólico en la música y, sobre todo, en las letras (“I’ll be a thorn on your side till you die”, “Stay where you are, ever after, chasing things that we should run from”, “And if I recover will you be my comfort? Or it can be over, or we can just live it here”…). Las letras del disco son preciosas, pero la música no se queda atrás. Son canciones en apariencia sencillas, pero que están llenas de pequeños detalles que descubres escucha tras escucha, acompañados de una preciosa voz. Uno de esos discos que se deben escuchar con auriculares para poder apreciar todo lo que suena. Y encima consiguen que las canciones sean increíblemente pegadizas. Es imposible no enamorarte a la primera escucha de “The mother we share”, “Gun”, “Tether” o “Recover”, por nombrar algunas, pero hay muchas más. Para mí, son sin duda la revelación del año, y han hecho mi disco favorito de este 2013.

2 comentarios:

  1. joder, me vais a crear entre todos un complejo por no comulgar con chvrches. Y no he escuchado aúl el de spook school. Tarea para este final de año.

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    1. bueno manolo, todo es cuestión de gustos, si chvrches no te entran no te entran, no pasa nada ;-) a mí también me pasa con grupos que salen en otras listas... es imposible gustar a todo el mundo!

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