martes, 17 de mayo de 2011

Antesdeayer. Homenaje a Pedro San Martín y todos en La Buena Vida


El domingo 15 de mayo nos despertamos con una de esas noticias que nunca quieres oír. Pedro San Martín, bajista y compositor de La Buena Vida fallecía en una accidente de tráfico. Esta entrada de blog es mi sincero homenaje a Pedro y en general a toda la banda, porque es uno de esos grupos que parece que han estado ahí desde siempre y me han marcado mucho para bien. No voy a hacer un repaso exhaustivo de su discografía como hice con the Lucksmiths o the Divine Comedy, simplemente voy a hacer un repaso de recuerdos que tengo relacionados con La Buena Vida, que creo que es la mejor forma de recordar sus canciones.

La Buena Vida es uno de esos grupos que conocí en plena adolescencia, y creo que eso ayuda a que las canciones te lleguen mucho más adentro y te identifiques de una forma u otra con lo que escuches. Si no me falla la memoria, conocí al grupo con el disco que popularmente se conoce como “Los mejores momentos”, aunque no tenga título oficial. No sé porqué, pero mis recuerdos de los primeros discos de LBV son de días de verano, ya sea de verano en la ciudad, con las persianas bajadas casi del todo a mediodía, sin aire acondicionado, tratando de evitar que los rayos del sol convirtieran la salita en una caldera. A pesar de eso, yo escuchaba “Cinco días de invierno” pensando que era una pena que nunca nevara en mi ciudad, para que la pareja que se encuentra, discute y luego se reconcilia estuvieran por ahí cerca.


Ese disco de LBV me fascinó en su momento e hizo que me acercara mucho más a ese tipo de pop aparentemente amable y delicado. Recuerdo que en esa época, Irantzu aún no había encontrado la forma de cantar que luego le haría sentir más cómoda, pero a mi me encanta su voz en esas canciones, tan optimista, tan llena de luz y casi despreocupada. Mucha gente dice que le gustan más las canciones que cantaba Irantzu que las que cantaba Mikel, pero a mí siempre me han gustado las canciones de ambos, y mucho mejor cuando cantaban juntos, como “Cada día y cada día más”, “Un vestido de tul” o “Los mejores momentos”.

Ese fue el primer disco que yo conocí de LBV, pero ya tenían un disco anterior y no tardé en escucharlo. De ese primer disco recuerdo que “Antesdeayer” abría una de esas cintas recopilatorias que con tanto cariño grababa en aquella época para tener juntas algunas de mis canciones favoritas. Recuerdo como escuchaba la historia del Señor Sommer y me lo imaginaba andando con paso cansino, con su gran bastón. “En bicicleta” (aunque la versión del Magnesia E.P. fue aún mejor) me transportaba directamente a veranos en la playa, sin nada que hacer aparte de pedalear todo el tiempo. Los parapapá de “Por la mañana” y los misterios que se encierran en la canción daban sensación de alegría sin fin y yo pensaba que yo también prometía ser bueno, prometía ser mejor, para quedarme a escuchar a los Love.

LBV se hicieron adultos con “Soidemersol”, su mejor disco probablemente para casi todo el mundo, y quizá lo sea de forma objetiva, pero yo me sigo quedando con “Los mejores momentos”. Mis recuerdos del “Soidemersol” me vuelven a llevar a aquella habitación oscura en verano sin aire acondicionado, compitiendo para ver quien se alzaba con el trofeo de campeón de la casa en el Fifa de Megadrive, mientras Irantzu cantaba con voz más pausada “Se están mojando las nubes, será de tanto llorar, porque les pesa el recuerdo de haber nadado en el mar”. Uno de los puntos fuertes que siempre han tenido LBV son sus letras, es muy difícil hacer buenas letras en castellano, que te lleguen y que no queden ñoñas, y en eso ellos eran los reyes.

Además, ya comentó Xurxo en su muy recomendable blog “El jardín de Octopus” que “La buena vida lo hicieron antes (1993) que Belle & Sebastian (1996)” y tiene toda la razón. De hecho creo que para mí, LBV abrió un camino que luego me llevó hasta B&S.

Mis recuerdos de “Panorama” me llevan al año de C.O.U., confuso y lleno de preocupaciones sobre qué haría al año siguiente. En esos recuerdos, la misma salita que antes estaba oscura, ahora tiene aire acondicionado y está llena de luz, y en una mesa revuelta con libros y apuntes está la portada del disco. En los momentos más complicados me dejaba llevar por la “Tormenta en la mañana de la vida” los más optimistas por “Surquemos un cielo entero”. Dos cosas me hicieron llevar mejor ese año de exámenes y selectividad, la música (con LBV muy presente) y el Real Murcia, que después de perder una primera oportunidad en casa (justo el fin de semana antes del inicio de la selectividad, y allí estaba yo), a la siguiente no falló y al fin conseguía salir del pozo de la segunda división B, tras marcar Aguilar un golazo en Granada, la misma tarde en la que Raúl mandaba un penalty a las nubes contra Francia y España se volvía a quedar en cuartos de una competición. Pero ese día importó menos, y después de que España perdiera nosotros nos fuimos a celebrar el ascenso del Murcia.

Creo que fue en la época de “Panorama” o quizá con “Hallelujah” cuando mis hermanos y yo decidimos hacer otra fiesta del Fanzine de Colores y el grupo elegido fue LBV. Hacía años que no tocaban en Murcia y el resultado fue impresionante. Recuerdo salir a la calle casi a las 12 de la noche de un día entre semana, con un cubo de fregona, agua, cola y un cepillo a empapelar el centro de la ciudad con carteles del concierto, depurando nuestra técnica poco a poco con cada cartel que pegábamos. También recuerdo como dos días antes del concierto nos llamaron de una tienda de discos para decirnos que las entradas se habían agotado y que llevásemos más. Al final fui muchísima gente al concierto, el grupo estuvo genial, uno de los mejores de mi vida, y conocimos a un montón de gente, tan apasionados con la música como nosotros, con la que seguimos en contacto.

Luego llegó Halellujah! y LBV demostraba que seguía en plena forma. En un mundo ideal “¿Que nos va a pasar?” hubiera sido número uno, habría sonado en todas las radios el país una y otra vez y el grupo se habría hecho más famoso que Alejandro Sanz, pero no estamos en un mundo ideal, por mucho que el disco se cerrase con una canción que decía que el mundo era al fin de ellos y que lo habían conquistado.

Con “Álbum”, y el single “Los planetas” en el que también cantaba Jota consiguieron finalmente un número uno en singles, pero no les llevó al estrellato. No obstante ellos seguían a lo suyo, que era hacer canciones maravillosas y nosotros también queríamos ser un actor mejicano. LBV nunca han dicho quien escribía cada canción, pero parece ser que una de las caras b del single “los planetas”, “La calle del Carmen” sí que la escribió Pedro. Recuerdo que mi hermano Carlos me dijo que era por la Calle del Carmen que hay en Madrid, una de las que sale de la Puerta del Sol y yo cada vez que pasaba por allí no podía dejar de preguntarme cual sería aquel balcón, ese que decía viva viva el amor, y viva todo a su alrededor.

Su último disco largo fue “Vidania” y tengo que reconocer que no me llegó tanto como los anteriores, pero eso no evitó que, estando viviendo durante un año en Inglaterra, aprovechase una visita fugaz a España para comprar el disco, que en las islas no podía, y no quería esperar a regresar para poder escucharlo. Porque LBV es uno de esos grupos que para mí tienen tanto crédito, que me compraría cualquier disco que sacaran sin necesidad de escucharlo previamente, porque siempre se pueden sacar cosas buenas de sus discos. El single de ese disco era “La mitad de nuestras vidas” y lo cierto es que en aquel entonces LBV ya llevaba conmigo casi la mitad de mi vida, y eso te marca de algún modo u otro.

Hace un par de años el grupo sacaba un último e.p. y anunciaba que, aunque Iranzu dejaba el grupo, la banda seguiría sin ella, aunque al final el disco largo que anunciaron nunca llegó a salir. Ahora, sin Pedro, que parecía el más activo intentando mantener la banda en funcionamiento, con sus comentarios sobre la discografía de la banda en su web oficial (una delicia para los fans) parece aún más lejos la idea de tener nuevas canciones de LBV, pero nunca se sabe, yo estaré atento.

Tengo una entrada de uno de los conciertos de LBV en Murcia firmada por Javier y por Pedro que no puedo evitar mirar ahora y sentir mucho más lo que ha ocurrido. Cuando oigo una noticia así, de alguien joven y lleno de vida que se va, es inevitable de que me acuerde de cuando murió mi hermano Carlos. Él era amigo de Pedro, y de algún otro miembro de LBV, de hecho cuando tocaron en directo en Murcia en la gira del Vidania (aunque yo no pude ir porque estaba en Inglaterra) se acordaron de él y le dedicaron una canción, así que lo más justo es que le dedique yo esta entra a Pedro.. Ahora, aunque yo no sea muy creyente, quizá Pedro y él se han vuelto a encontrar, si es así seguro que se lo estarán pasando genial los dos.

Hubo un época, en los 90, en la que, aunque te pudieran gustar ambo grupos, siempre estaba la pregunta de “¿tú a quien prefieres? ¿A LBV o a Le Mans?” Yo siempre fui de LBV.

A Pedro, y a todos en La Buena Vida, por algunos de “los mejores momentos” de mi vida.

“Fue antesdeayer, que él marchó a un sitio perdido”


7 comentarios:

  1. Gracias por la cita, Antonio. Yo también,por circunstancias personales, me quedo con "Los mejores momentos": me lo regaló en vinilo una gran amiga, eran los años en los que descubrí Disco Grande y donde nació todo en mi caso: con el de LBV y con el Bakesale de Sebadoh dando vueltas y vueltas en el plato.

    Aunque tengo otro detalle personal con el "Panorama": el montón de veces que le canté a mi hija "Arroz amargo", "Los vientos" o "Surquemos el cielo entero" para que se durmiera...

    ResponderEliminar
  2. Hola Xurxo!
    Es que con canciones así, es normal que todo el mundo tenga recuerdos asociados a la buena vida... son tan grades!!

    ResponderEliminar
  3. El concierto de La Buena Vida en la Sala Gamma fue mitico... Yo creo que fue la primera vez que tocaban delante de tanta gente (700 personas)y por eso el grupo estaba emocionado. Al final el mangante de la sala quería dar el palo, pero Carlos me contó cómo Pedro le ayudó en la negociación después del concierto. Una de las cosas que más me impactó a posteriori fue cuando Tono nos dijo que su hermano Miguel había ido al concierto, había tanta gente que ninguno lo habíamos visto...

    ResponderEliminar
  4. Sí, el de la sala nos quiso tangar con la SGAE. Nosotros éramos unos pardillos, así que Pedro nos echó una mano para preparar los formularios y pagar lo menos posible. La segunda vez ya estábamos preparados.
    Y es cierto lo que dices de la cantidad de gente. Llevaban mucho tiempo sin tocar (la anterior en Murcia había sido años antes en la Bésame Mucho). Fue el primer concierto de aquella gira, así que creo que no eran conscientes de la popularidad que habían alcanzado. Al menos nosotros no lo éramos, porque nos quedamos sin entradas a mitad de la noche :-)

    ResponderEliminar
  5. Hola Antonio,

    Vaya, no había visto esta entrada. Me encanta por lo personal que te ha quedado, estupenda y amena de leer.

    Ese concierto de LBV que organizásteis está grabado el fuego en mi memoria, para mí que quizás fue el mejor concierto que jamás le ví a la banda. Junto con el (mucho más modesto) concierto de Besame Mucho, en Torrepacheco, desde luego mi concierto favorito de LBV. Y luego en lo personal, pues lo que tú dices, conocer a tanta gente que camino de los diez años después, siguen siendo amigos.

    Un abrazo,
    Manuel Soleado

    ResponderEliminar
  6. Es precioso. Lo voy a compartir en la página de facebook del PSM. Los recuerdos nunca mueren.

    ResponderEliminar
  7. Gracia Rosa, me alegro de que te gustase... justo este mes estaba escuchando bastante el cd del PSM festival...
    Un saludo

    ResponderEliminar